Mitos Y Verdades De Los Más Populares “Hábitos Saludables”
Al proponernos llevar un estilo de vida más saludable, sabemos que existen numerosos hábitos sencillos y al alcance de nuestras manos, que nos pueden ayudar a conseguir nuestro objetivo. Sin embargo, nos rodean también abundantes mitos, que se convierten en enemigos de nuestra salud. Estas fábulas que se han arraigado como verdades absolutas, pueden estar interfiriendo en la finalidad de disfrutar una vida plena y llena de salud.
Si se toman suplementos alimenticios y vitamínicos no es necesaria una dieta.
El consumo de suplementos no debe sustituir nunca una dieta equilibrada. En ocasiones nuestro cuerpo tiene problemas para absorber correctamente los nutrientes, por lo que tomar dosis de vitaminas liposomales garantizará la mayor absorción y biodisponibilidad posible. Todos los suplementos Altrient pueden tomarse conjuntamente para maximizar los efectos en el organismo.
Hacer ejercicio antes de desayunar.
Hacer ejercicio en ayunas te ayuda a disminuir peso, no grasa. Los kilos que se pierden de esta manera son debido a la perdida de músculo, por lo que los pliegues de nuestro cuerpo generados por el exceso de grasa no van a reducirse. Antes de la actividad física se recomienda tomar líquidos que sean ricos en azúcares, como zumos naturales de frutas. Se pueden potenciar los beneficios tomando Altrient ALC, la acetil L-carnitina tiene un rol fundamental a la hora de convertir grasa en energía.
Los alimentos congelados son menos nutritivos que los frescos.
Las cualidades de los alimentos no se ven alteradas tras el proceso de congelación, por lo que las carnes o vegetales congelados tienen las mismas propiedades que si se consumen frescos. No existe ninguna razón para no consumir estos alimentos, de hecho, son una buena opción para tener comida saludable siempre a mano. Lo recomendable es comprar productos frescos y realizar el proceso de congelación nosotros mismos, si este no es el caso, y los productos se compran congelados de fábrica, hay que prestar atención a la lista de ingredientes, en busca de añadidos o conservantes.
Dormir 8 horas diarias.
Lo de las ocho horas de sueño para todos, es falso. Las necesidades de sueño varían en función de la edad y de cada persona. El rango promedio de sueño de un adulto, oscila entre seis horas y media y las nueve horas, esto en función de los requerimientos del organismo de cada uno. Dormir menos o más horas de las que el organismo necesita, impide la concentración, además, a largo plazo puede desencadenar en otros problemas de salud. Lo más importante es cubrir las necesidades propias.
Beber al menos 2.5 litros de agua al día.
Beber agua es uno de los hábitos saludables que deberías incorporar en tu día a día, para así, disfrutar de la gran cantidad de beneficios que tiene, si se hace de manera correcta. Nada en exceso es bueno, y en el caso del agua, la sobrehidratación es tan contraproducente como la deshidratación. Beber más de tres litros al día, reduce el sodio en la sangre, lo que causa confusión, dolor de cabeza, vómitos, etc. Lo recomendado es tomar dos litros de líquidos al día, incluyendo agua, infusiones, sopas, frutas con alto contenido de agua, etc.
La leche de vaca aumenta los niveles de calcio.
Este es sin duda uno de los mitos más difundidos, y creídos en el mundo. Se han realizado numerosos estudios que sugieren que no existe ninguna relación entre tomar leche y el aumento de calcio en los huesos. Por lo que aquello que nos enseñaron de pequeños de, beber leche para crecer y tener huesos fuertes, es mentira. Para fortalecer los huesos es necesario realizar actividad física y una dieta equilibrada. Tomar vitamina C, es una buena opción, pues esta contribuye en el proceso de regeneración de los huesos.
El huevo es malo para el colesterol.
El huevo, a pesar de ser un alimento completo y saludable, ha sido encasillado como la causa principal del colesterol alto. Es verdad que una de sus características es que su yema es rica en colesterol, pero también posee proteínas, vitaminas y minerales. Lo importante es seguir una dieta variada y equilibrada, además de realizar actividad física. No hay que clasificar los alimentos como buenos o malos, hay que conocer sus características y en base a estas consumirlos con moderación.
Comer por dos durante el embarazo.
Durante el embarazo, engordar más kilos de los recomendados por un médico, puede desencadenar en problemas serios para la salud. Los riesgos van desde la aparición de diabetes gestacional, hasta un mal progreso del parto y que el feto sea de mayor tamaño. Durante el periodo de gestación hay que seguir una dieta equilibrada y sana, sin comer más de lo que el cuerpo necesita. El único aporte extra que se precisa durante el embarazo es ácido fólico y si un médico considera adecuado, un extra de vitamina C, para mantener el sistema inmune en estado óptimo.
Sustituir la cena por fruta nos ayuda a adelgazar.
La fruta es un alimento muy completo y necesario en una dieta equilibrada. Contiene agua, fibra, vitaminas y minerales, pero también contiene hidratos de carbono. Los hidratos de carbono son una fuente de energía, por lo que es mejor consumirlos cuando vaya a realizarse actividad. La fructosa también debe utilizarse en el momento (como energía) para evitar que esta se almacene y se transforme en triglicéridos. Por ello, se recomienda el consumo de fruta durante el desayuno, a media mañana o como merienda, pero no como cena.
Comer después de las 8 de la tarde engorda más.
Engordar no tiene nada que ver con la hora en la que comemos, sino con los alimentos que se ingieren. Es necesario conocer las características de la comida, para evitar los hidratos de carbono, las grasas y azucares antes de ir a dormir, ya que, al no quemar las calorías se engorda más. Lo recomendable es cenar por lo menos dos horas antes de ir a dormir, da igual si es antes o después de las ocho.
Dania García
Experta en salud y bienestar
BIBLIOGRAFÍA
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Simona Milanese, Roberta Milanese. (2018). ALIMENTACIÓN: falsos mitos y engaños del marketing. Barcelona: Sello Editorial S.L.
Zamora Navarro, Salvador, & Pérez-Llamas, Francisca (2013). Errors and myths in feeding and nutrition: Impact on the problems of obesity. Nutrición Hospitalaria, 28(5),81-88.[fecha de Consulta 20 de febrero de 2020]. ISSN: 0212-1611. Disponible en: https://www.redalyc.org/articulo.oa?id=3092/309229028009